Nadie nunca imaginó que un guión con tanto corazón haya triunfado incluso en los cines. Javier Calvo y Javier Ambrossi han demostrado valentía. Cristina Ortiz ha vuelto del parque del Oeste.La Venenoha conseguido colarse a través de nuestras pantallas como hizo en El Missisipi y contarnos de la mano de Valeria Vega lo que parece una serie de ficción. Los que parecen haberla conocido aseguran que tenia un corazón enorme con una falta de carencias afectivas que la empujaron al fracaso.
Ocho episodios que han hecho que empatice con el personaje, donde los sentimientos han trascendido como una montaña rusa. El nacimiento de Adra, las experiencias en el parque del oeste, la aventura en el Mississsippi, la fama, la historia de amor o el reencuentro consigo misma al salir de la cárcel nos deja un final trágico.Un sabor agridulce necesario, una reivindicación que a día de hoy deja mucho que desear y plantea un camino de matices que nos traslada a plantearnos que aún nos falta mucho que mejorar, pero que en estamos en el camino correcto.
Veneno es luz en el horizonte, donde una parte del colectivo ha sido y sigue siendo olvidado, tomando como referente a una persona que en muchos casos no era acertada con el lenguaje, pero que transmitía esa libertad de expresión tan necesaria en un país que comenzaba a despertarse y a evolucionar sus ideales. La puerta se ha abierto, para dejar paso a una serie llena de anécdotas, un tono reivindicativo con una maestría emocional que no dejará indiferente a nadie.